¿Deberías tomar café cuando estás enfermo? 5 factores a considerar

Cuando estás enfermo, es muy fácil tomar un café caliente, sobre todo si has pasado la noche en vela con síntomas y necesitas un chute de energía para afrontar el día. Sin embargo, quizá deberías pensártelo dos veces.
Que el café te ayude o te perjudique depende de tus síntomas, tu tolerancia a la cafeína y tu nivel de hidratación. Aquí tienes lo que debes tener en cuenta antes de preparar esa taza cuando te sientas mal.
¿Qué hay en el café, de todos modos?
El café contiene diversos compuestos, como cafeína (un estimulante que afecta el sistema nervioso), polifenoles (antioxidantes que favorecen la salud general) y ácidos que pueden irritar el estómago. También tiene propiedades diuréticas, que pueden afectar la hidratación.
¿Existen beneficios de tomar café cuando estás enfermo?
Primero, veamos el lado positivo: ¿podría el café realmente ayudarte a sentirte mejor? Sí, pero solo si lo bebes con moderación.
Algunos de los beneficios de beber café estando enfermo incluyen los siguientes:
- Aumenta la energía: la cafeína puede ayudar a combatir la fatiga que a menudo acompaña a la enfermedad, manteniéndote funcional cuando más lo necesitas.
- Alivia los dolores de cabeza: si su enfermedad se acompaña de un fuerte dolor de cabeza, las propiedades vasoconstrictoras del café pueden ayudar a aliviar el dolor temporalmente.
- Proporciona poder antioxidante: el café está repleto de polifenoles, que pueden tener beneficios para reforzar el sistema inmunológico.
- Favorece el estado de ánimo: una taza de café caliente puede brindar consuelo y favorecer un buen estado de ánimo, lo que siempre resulta útil cuando uno se siente mal.
- Favorece la digestión: si sufres de congestión leve, el café tibio puede ayudar a aflojar la mucosidad y calmar la garganta.
Posibles inconvenientes de tomar café estando enfermo
Claro que toda rosa tiene sus espinas. Si bien tomar café puede ayudarte a sentirte mejor en ciertos aspectos, también puede empeorar tu estado de ánimo y dificultar tu recuperación, especialmente si la taza tiene mucha cafeína.
Las desventajas de beber café estando enfermo incluyen las siguientes:
- Riesgo de deshidratación: Los efectos diuréticos del café pueden empeorar la deshidratación, especialmente si tiene fiebre o diarrea.
- Irritación estomacal: La acidez del café puede agravar las náuseas, el reflujo ácido o los problemas digestivos.
- Sueño interrumpido: beber café demasiado tarde en el día puede interferir con el sueño, que es importante para la recuperación.
- Aumento del ritmo cardíaco: si su enfermedad ya hace que su corazón trabaje horas extras, la cafeína puede agregar tensión adicional.
- Interacciones con medicamentos: Algunos medicamentos para el resfriado y la gripe no se mezclan bien con la cafeína, lo que puede aumentar los efectos secundarios como nerviosismo o náuseas.
5 factores a considerar antes de tomar café estando enfermo
Si estás pensando en prepararte una taza de café mientras te resistes a algo, quizá deberías reconsiderarlo. Sigue leyendo para descubrir cinco aspectos clave que debes considerar antes de empezar.
1. Tipo de enfermedad
El tipo de enfermedad que tengas influye mucho en si tomar café es una buena idea. Si estás resfriado, una taza de café caliente podría ayudarte a descongestionar y a tener más energía.
Sin embargo, si tienes gripe, malestar estomacal o fiebre, el café podría empeorar la situación irritando tu estómago o aumentando la deshidratación. Si toses mucho, el café también puede resecarte la garganta, empeorando la irritación. En caso de duda, presta atención a cómo reacciona tu cuerpo y considera cambiar a una alternativa más suave.
2. Tolerancia a la cafeína
Tus hábitos cafeteros pueden determinar tu tolerancia a la cafeína cuando estás enfermo. Si bebes café a diario, saltarte la taza de la mañana podría provocar síntomas de abstinencia, como dolores de cabeza y fatiga, lo que te hará sentir aún peor.
Por otro lado, si eres sensible a la cafeína, tomar café estando enfermo podría agravar síntomas como mareos, náuseas o malestar estomacal. Si tienes dudas, intenta reducir la cafeína gradualmente o cambiar a una opción con menos cafeína.
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3. Hora del día
Tomar café demasiado tarde puede interferir con el sueño, y cuando estás enfermo, un descanso de calidad es fundamental. Incluso si normalmente toleras la cafeína por la tarde, tu cuerpo podría estar especialmente sensible mientras combate una enfermedad.
Si vas a tomar café, intenta tomarlo por la mañana para no interrumpir tu ciclo de sueño. Tu cuerpo se recupera mejor cuando descansas bien, y cambiar el café por una infusión relajante por la noche puede ayudarte a sentirte mejor lo antes posible.
4. Estado de hidratación
Cuando estás enfermo, mantenerte hidratado es fundamental para recuperarte. El café puede contribuir a la pérdida de líquidos si no bebes suficiente agua.
Si ya estás deshidratado por fiebre, vómitos o sudoración, el café podría no ser la mejor opción. Para contrarrestarlo, acompaña tu café con un vaso de agua y considera cambiar a una bebida más hidratante como una infusión o agua de coco si te sientes particularmente seco.
5. Interacciones con medicamentos
Si toma medicamentos para su enfermedad, tenga en cuenta cómo el café podría interactuar con ellos. Algunos descongestionantes y analgésicos contienen estimulantes que, al combinarse con cafeína, pueden causar efectos secundarios .
Otros medicamentos, como los antibióticos, podrían no absorberse tan eficazmente al tomarlos con café. Si tiene dudas, revise la etiqueta o pregunte a un farmacéutico sobre posibles interacciones. Un poco de planificación puede evitar que el café le haga sentir peor en lugar de mejor.
¿Qué más puedes beber cuando estás enfermo?
Si has decidido dejar el café hasta que te sientas mejor, no tienes por qué renunciar al ritual de disfrutar de una bebida deliciosa. Aquí tienes algunas opciones que puedes probar hasta que estés listo para volver a tomarlo:
- Té de hierbas: Los tés de manzanilla, jengibre y menta son suaves para el estómago y pueden ayudar con las náuseas y la congestión.
- Caldo de huesos: repleto de nutrientes y electrolitos, el caldo de huesos es una excelente manera de mantenerse hidratado y apoyar la función inmunológica.
- Agua de miel y limón: este remedio clásico alivia el dolor de garganta y aporta una dosis de vitamina C.
- Bebidas con electrolitos: El agua de coco o las soluciones de electrolitos ayudan a reponer los líquidos perdidos por la fiebre o los vómitos.
- Agua tibia con cúrcuma: las propiedades antiinflamatorias de la cúrcuma pueden ayudar a reforzar el sistema inmunológico y aliviar los síntomas.
El resultado final
El café puede ser un arma de doble filo cuando estás enfermo: tiene posibles beneficios, pero también importantes inconvenientes según tus síntomas y circunstancias. Si decides tomar café, ten en cuenta tu tipo de enfermedad, tu tolerancia a la cafeína, tu nivel de hidratación y las interacciones con otros medicamentos.
Sea cual sea tu enfermedad, puede ser útil reducir la cafeína y darle a tu cuerpo un respiro para concentrarse en la recuperación. Prueba a beber nuestras mezclas de hongos durante los próximos días, y quién sabe, quizás lo conviertas en parte permanente de tu rutina diaria.
Fuentes:
Abstinencia de cafeína | StatPearls - Biblioteca del NCBI
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